
Las Inversiones en la Infancia Temprana Duran toda una Vida
Los primeros cinco años son el periodo más rápido de crecimiento del cerebro, con casi el 90% del desarrollo del cerebro tomando lugar durante los primeros 3 años de vida. Este crecimiento tan notable tiene lugar en respuesta a las experiencias del bebé. Las experiencias en los primeros años afectan la estructura física del cerebro y forman las capacidades que los niños tendrán para el resto de sus vidas.
Las Relaciones Cuentan
Los bebés necesitan relaciones sensibles y estables con los adultos. Cada vez que un padre responde a el llanto o las necesidades de un bebé, está desarrollando confianza y apego y conduciendo a un desarrollo saludable del cerebro. Cuando esto no sucede repetidamente, o si el niño experimenta un estrés toxico al haber estado expuesto a la violencia, abuso físico o emocional, abuso de substancias o enfermedad mental del proveedor de cuidado, descuido crónico, o el continuo estrés por crecer en la pobreza, el desarrollo del cerebro se altera.
Un Sólido Retorno de la Inversión
Numerosos estudios han confirmado que programas efectivos de la niñez temprana pueden reducir la necesidad de servicios más caros financiados por el contribuyente, tales como cuidado de padres de crianza temporal, educación especial, y programas de bienestar social. Más aun, a niños que asisten a pre-escolares de alta calidad les va mejor en la escuela, son más saludables, y ganan más dinero cuando son adultos.
Inversiones en los primeros años – cuando el cerebro de los niños se está desarrollando y tomando forma permanente – son las mejores inversiones que podemos hacer. Por eso es que los Primeros 5 está aquí.